- En una variante del Experimento llevada a cabo en el departamento de Psicología de la Universidad La Trobe (Melbourne, Australia) una joven estudiante de 19 años llamada K.G. rechazó participar del estudio luego de recibir las instrucciones. Cuando los investigadores la instaron a reconsiderar su posición, la joven los insultó y abandonó el laboratorio, aún creyendo haber arruinado el proyecto.
- Seis años después del Experimento, durante la Guerra de Vietnam, el Dr. Milgram recibió una carta de uno de los participantes explicando porqué estaba satisfecho de haber participado:
"Mientras fui parte del experimento en 1964, aunque creía que le estaba haciendo daño a alguien, era totalmente inconsciente de por qué lo hacía. Muy pocas personas distinguen cuándo están actuando según sus propias creencias y cuando se están sometiendo dócilmente a la autoridad. Me espantaría de mi mismo si accediera a ser reclutado, sabiendo que estaría sometido a la autoridad con el fin de hacer algo que está muy mal. Estoy completamente preparado para ir a la cárcel si no me conceden el estado de Objetor de Conciencia. De verdad, este es el único camino que podría tomar para ser fiel a lo que creo."
Algunas acotaciones:
- La autoridad no siempre aparece evidente, revestida con un uniforme o delantal de doctor, muchas veces el mandato es sutil y poco visible. Tal es el caso de ciertas creencias religiosas o políticas, vocaciones, etc., cuando son inculcadas en el entorno.
- La rebelión a la autoridad no es un valor en sí misma. No se trata de pegarle a la policía o abolir los semáforos, sino de ser consciente y responsable por los propios actos.
El Equipo del Proyecto Tiresias no cree útil preguntarles de qué lado hubieran estado en el Experimento de Milgram, ya que es imposible saberlo una vez que ha sido revelada la trama. Lo que nos parece interesante es saber en qué situaciones de sus vidas encontraron esta encrucijada en la que la conciencia se despierta y se rebela, en qué momento llegaron a cuestionar los mandatos o las ideas muy amadas, a las que es tan doloroso abandonar. Anotador en mano, los escuchamos.
Un muy feliz 2009 para todos, con cariño,
El Equipo de Proyecto Tiresias
Evaluación muestreo Nº 3: Resultado incierto. Se recomienda seguir la máxima contenida en los versos del poeta:
Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!
14 comentarios:
Creo que el quantum de cuestionamiento viene también en función del quantum de conciencia que tengamos de que eso, así como está, no va para un lado feliz.
Para poder pensar en el hacia dónde hay que tener siempre en cuenta las consecuencias o los alcances de ciertas teorías, disciplinas y las resultantes posibles -que jamás se calculan todas, por supuesto, vita humanum est- ya que toda disciplina, teoría y demás, reconocen algún tipo de autoridad.
No está mal tener un eje ordenador, la cuestión es no mezclar las funciones y convertir en dogma un simple -o no tan simple- sistema.
La primer rebelación contra algún tipo de ley (más abarcativa aún que la palabra autoridad), se dio en circunstancias que implicaban mucho amor. El amor, para algunos órdenes reglamentarios, si no es como la norma, regla y tradición manda, es punible.
A eso fue lo que le dí el primer portazo consciente: a leyes que al amor, no le hacen espacio.
Me saco el sombrero, me pongo de pie y me despego la almohada de la cara para saludar con propiedad a Baterflai. A sus pies madame.
Los mandatos de la autoridad cambian con las épocas, pero no se me había ocurrido la rebelión más repetida a lo largo de la historia, justamente la de los mandatos que reglamentan el amor.
Muy probablemente mi pensamiento sea muy básico y limitado, como es el contacto que tengo con la realidad cotidiana (luego se podría ver si esa misma actitud aislandora no es una forma un poco idiota de emprender cierta rebeldía).
Pero la imposición sutil de la autoridad me resulta constante y prácticamente omnipresente. Ejemplos: tanto maltrato a los docentes y sus consecuentes huelgas ya parecen parte de un plan para desalfabetizar; muchas protestas parecieran buscar más el caos que la solución a un problema; hay muchos aspectos del arte estadounidense que aprecio muchísimo, pero el american way of life se me mete en la cocina.
Lo malo es que no encuentro qué hacer para hacer algo para frenarlos (ya no digo revertir), aparte de esta caracolización, este meterse padentro, amar los pibes y educarlos y después la nada.
Cada vez más seguido me asalta la idea de vender todo, bajarme de la calesita y criar chivos en la cordillera.
No me gusta estar asi de serio, che.
Otra forma de no acatar las imposiciones, aparte de la caracolización, es hacerse invisible.
Un abogado me dijo una vez "acá tenés que ponerte de perfil al viento, hacer lo mismo que todos y no sacar la cabeza afuera ni innovar demasiado porque te la cortan". Igual, nadie en sus cabales puede escuchar seriamente los consejos de un abogado...
De todas formas, le digo que lo del caracol no está mal siempre y cuando tenga: las paredes forradas de plush, una bola de espejos, buena provisión de música, películas, libros, comida y alcohol (nesquik para los chicos), algún proyecto para trabajar, y una puerta para entrar y salir.
Le digo que cuando escribí esto de quebrar mandatos y abandonar viejas ideas, pensé que iban a escribir sobre cuando rompieron el carnet de afiliación al peronismo o la ucr.
Me gustó lo de adornar la casacaracol con los placeres. Loq ue dice el abogado es medio una gilada parecida: nadie se mueve y nadie sale herido, y asi nos llevan como chanchos a la máquina de hacer chorizos.
Nunca me afilié a ningún partido político; probablente me gustaría ser anarquista.
Desde que la vida se ocupó de pegarme una soberana patada en lo huevos, justo cuando menos lo esperaba y en realidad, me andaba desperezando, decidí -y me costó un tiempito darme cuenta- que me cago en todos y cada uno de los seres de este extraño planeta. He resuelto dejar las formas correctas, para decir exactamente lo que pienso le guste a quien le guste. Obviamente, no cuento con le visto bueno de mi analista, Quique, quien siempre me dice "no hace falta decir todo lo que uno piensa, en particular a tu jefe".
Pero a esta altura de mi vida -ya tengo 45- y en el firme convencimiento que estaré de más en este extraño planeta dentro de 20 años, que mas puedo perder?
Ojo, no hablo de ser rebelde al reverendo pedo o de puro pelotudo (que también me gusta, eh?). Sino que si algo no me va, no me va.
Por ejemplo, ya no me importa un carajo caerle bien a la gente. No hago esfuerzos para caer bien. Aceptame así, como soy, o vete al carajo. Lo que no quiere decir que uno SI haga esfuerzos por no ser particularmente pelotudo sin necesidad. No voy por la vida tirando gente bajo el tren, pero tampoco pido mas permiso. Me mando y a cagar. A lo sumo, me dirán "Oiga, ¿dónde cree que va?", pero ya estoy adentro.
Y lo de caracolear está güeno. Mejor solo que mal acompañado, no?
Retomando algo de Benito: ¿porqué siempre tenemos que esperar que la vida nos pegue una soberana patada en los huevos para empezar a obedecer el mandato interior?
Episodio de una serie cualquiera: una señora recibe el diagnóstico de una enfermedad terminal, le queda un año. La mujer, decidida, pone en marcha todos sus deseos postergados: vender el departamento, romper con su novio, decirle cuatro verdades al jefe antes de abandonar el trabajo, viajar por el mundo, aprender surf, conocer el Polo Norte, etc.
Es entonces que los médicos la llaman para comunicarle la buena noticia: el diagnóstico fue un lamentable error del laboratorio y tiene toda la vida por delante.
La mujer queda atónita, y luego empieza a hacer pucheros: "pero...ahora... vendí el departamento. ... y tenía deck y terraza...!!!
Nuestros amos están al acecho y nunca sabemos porqué los obedecemos.
Gefa:
La patada en los güevos es lo que a uno le acomoda los patitos.
Uno vive añorando el Audi, y cuando lo tiene se da cuenta que no valió la pena el esfuerzo para conseguirlo.
Los "supuestos exitosos" de la vida, los que tienen escriturado a su nombre el Manual de la Vida, el Carnet de Vivo o el atril desde donde nos aconsejan desinteresadamente a seguir sus mandatos "porque si no...", no resisten media hora de autocrítica, pues se suicidan de cuatro tiros en las pelotas.
Vivir no es durar, es honrar la vida. A veces, es necesaria la patada en los güevos para empezar a entender esto. Con el tiempo, créamé con dos tildes, uno agradece el correctivo, pues sin siquiera tener arte ni parte, uno termina largando lastre que nunca supo bien como cargó.
Es como sacarse los zapatos al volver a casa, una tarde de verano, cazar la manguera y mojarse como cuando eramos chicos.
No me opongo a la patada en los huevos. Más bien me pregunto cómo conservar ese estado de lucidez después que se va pasando el efecto del golpe.
Cómo hacer para no distraerse y perder la conciencia, cómo mantener el eje de la vida propia dirigido a los propios deseos y anhelos, en lugar de ir viviendo según ideas ajenas (no digo que ésto le pase o le pese a todo el mundo, es una inquietud personal).
Ah, la imagen de la manguera al volver a casa!!!!
no me acuerdo donde lei eso de que hay que vivir cada dia como si fuese el ultimo .. pero al toque dijeron "estas en pedo.. hay que vivirlo como si fuese el primero"
Al que venda la casa y se vaya al polo norte a hacer wind surf sólo me resta decirle que es un pelotudo.
Estuve leyendo Etica para Amador de Savater y se los recomiendo... la etica como el arte de vivir bien de este señor es genial.
saludos! me voy a la cucha otra vez!
No sabía que inauguraste tu "block". Le pegue una mirada rápida y esta bueno-bueno. Voy a empezar de abajo para arriba así entro en tema.
salud
Bienvenido, Víctor. Muchas gracias, pase y póngase cómodo.
Publicar un comentario